El cerebro es como un cielo lleno de estrellas

La segunda ponencia del I Simposio ACIERTAS corrió a cargo de Laura López Mascaraque, que dirige un grupo de investigación en el Instituto Cajal de Madrid, del que ha sido vicedirectora. Es presidenta de la Red Olfativa Española y del Comité de Mujeres en Neurociencia de la Sociedad Española de Neurociencia. Además, es editora de la revista Frontier in Neuroscience y coautora del libro divulgativo El olfato, de la colección ¿Qué sabemos de?, de las editoriales CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas) y Los Libros de la Catarata. David Saldaña, miembro de la Comisión Permanente de ACIERTAS, presentó y dio la bienvenida a la experta.





“En realidad, no vemos con los ojos, sino con el cerebro”. Laura Mascaraque explicó cómo las señales externas (imágenes, olores, texturas, sonidos, gustos…) son captadas a través de neuronas situadas en órganos como los ojos o los oídos, viajan a través de los axones de las neuronas, pasan por el tálamo y llegan hasta nuestra corteza cerebral. Para procesar la información, las neuronas se comunican entre ellas liberando sustancias químicas. A este proceso le llamamos sinapsis. Esas transmisiones químicas se transforman en impulsos eléctricos que transmiten la información. El caso del olfato es especial, pues la información llega directamente a la corteza sin pasar antes por el tálamo. Es por eso que es el sentido que más nos evoca recuerdos, además de estar siempre en funcionamiento, ya que olemos por el simple hecho de respirar.



Un ejercicio que puede ayudar a los alumnos a comprender que es el cerebro quien te da la información y no los órganos de los sentidos, es cruzar los dedos corazón e índice, cerrar los ojos, y tocarte con ellos la punta de la nariz. ¿Notas dos narices? No es que seamos tontos, sino todo lo contrario. El cerebro utiliza la información que ha aprendido a lo largo de su vida para interpretar las señales que captan los órganos de los sentidos. Otro ejemplo de ello son las ilusiones ópticas. Los estudiantes pueden realizar proyectos de indagación para comprender cómo funcionan y realizar pósters científicos.

Cabe decir que no todos los sentidos o partes del cuerpo se relacionan de la misma manera con el cerebro. Esto podemos verlo con el Homúnculo de Penfield, un mapa de la corteza cerebral donde se muestra que cada órgano y sentido del cuerpo posee su lugar en el cerebro, de modo que si el cerebro recibe un estímulo en cierta parte de su corteza, se activará la parte del cuerpo a la cual pertenezca esa parte del cerebro. Un buen ejercicio para aprender las partes del cerebro, es que los alumnos se pongan un gorro de piscina y, por parejas, se pinten unos a otros las distintas partes del cerebro.



Kits como los que usa la investigadora en sus talleres, y como el que hemos otorgado como premio ACIERTAS, son muy útiles para indagar y despertar la curiosidad por el sistema nervioso. Por ejemplo, una de las prácticas que se puede realizar con dichos kits, es contar el número de papilas gustativas de la lengua y saber si eres gustador o súpergustador.

Las neuronas no son las únicas habitantes del cerebro. La ponente hace énfasis en la importancia de hablar también de la glía, un conjunto de células tan numerosas como las neuronas que, aunque no transmiten impulsos nerviosos, mantienen a las neuronas en óptimas condiciones para trabajar. Los astrocitos, por ejemplo, son un tipo célula glial. Los oligodendrocitos y las células de Schwann se encargan de cubrir los axones de las neuronas con una especie de bufanda llamada mielina, la cual permite que el impulso nervioso se transmita más rápido. Podemos usar metáforas como la de la bufanda para explicar cómo funciona nuestro sistema nervioso. Por ejemplo, el cerebro es como un cielo lleno de estrellas, que son las neuronas. De hecho las metáforas que usan términos de astronomía son muy atractivas. Además, los niños tienen mucha facilidad e imaginación para encontrarlas. Laura Mascaraque nos cuenta cómo un niño al que le explicó qué era la glía le dijo: “entonces, ¿la glía es como las madres que entran en tu habitación y lo recogen todo?”.

Vídeo del seminario íntegro:


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